¿Cómo afecta el duelo a la salud mental a largo plazo?

El duelo es una respuesta natural a una pérdida significativa, ya sea la muerte de un ser querido, una ruptura o el fin de una etapa importante. Aunque se espera que con el tiempo la persona pueda convivir con la pérdida, en algunos casos el duelo se convierte en un proceso complejo y prolongado que puede afectar profundamente la salud mental. Vamos a ver cómo el duelo no resuelto puede afectar el bienestar emocional y mental a largo plazo, los signos a los que debes prestar atención y los recursos que existen para afrontar este proceso de manera saludable.

Comprender el proceso de duelo y sus etapas

Como ya vimos en el post “Cómo afrontar las etapas del duelo”. El duelo es un proceso emocional complejo que involucra diversas etapas, vamos a recordarlas. Estas etapas, aunque no siempre ocurren en orden, suelen ser:

  • Negación: En esta primera etapa, puede resultar difícil aceptar la realidad de la pérdida. Es común sentir una incredulidad ante la situación, lo que ayuda a amortiguar el impacto emocional inicial.
  • Ira: La persona puede sentirse frustrada o enojada, ya sea consigo misma, con otros o incluso con la persona que ya no está. Esta etapa representa una forma de liberar el dolor.
  • Negociación: En esta fase, se intenta recuperar el control a través de pensamientos como «si hubiera hecho esto diferente» o «quizás si hago esto, me sentiré mejor».
  • Depresión: Aquí, la tristeza profunda se hace más evidente, y la persona puede experimentar un aislamiento o sensación de vacío.
  • Aceptación: En esta última etapa, la persona logra aceptar la pérdida y comienza a adaptarse a la nueva realidad.

Es importante entender que el duelo no es un proceso lineal, y las personas pueden pasar de una etapa a otra, regresar a una anterior o experimentar varias de estas emociones al mismo tiempo. Cuando el proceso de duelo se estanca o se vuelve crónico, puede tener un impacto significativo en la salud mental a largo plazo.

Impacto del duelo prolongado en la salud mental

Persona mostrando desgana o tristeza por el duelo prolongado.

Un duelo que se prolonga o no se resuelve adecuadamente puede derivar en problemas de salud mental más serios. Estos son algunos de los más comunes:

Problemas de ansiedad

La pérdida de un ser querido puede generar inseguridad y miedo ante la vida. Cuando el duelo se prolonga, estos temores pueden evolucionar hacia problemas de ansiedad, caracterizados por una preocupación constante, pensamientos catastróficos y una hipersensibilidad a situaciones que se perciben como un riesgo. Este tipo de ansiedad se manifiesta como un estado de alerta constante y una falta de paz mental.

Depresión

La depresión es uno de los efectos más comunes de un duelo no resuelto. Cuando el dolor emocional se convierte en una tristeza prolongada que interfiere en la capacidad de disfrutar la vida, se podría estar frente a una depresión mayor. Puedes sentir fatiga extrema, falta de interés en actividades que solían ser placenteras, problemas de sueño, pérdida de apetito y una constante sensación de vacío.

Trastorno de estrés postraumático (TEPT)

En casos de pérdidas especialmente traumáticas, como la muerte repentina de un ser querido, puede desarrollarse un trastorno de estrés postraumático. Este trastorno implica revivir el evento de forma recurrente y experimentar emociones intensas cada vez que se recuerda la pérdida. Las personas con TEPT también suelen evitar lugares, personas o actividades que les recuerden el suceso, lo cual afecta su vida cotidiana.

Aislamiento social y pérdida de relaciones

El duelo prolongado puede llevar a la persona a retraerse socialmente. La incomodidad al hablar sobre la pérdida o el miedo a que los demás no comprendan su dolor hace que la persona se aleje de familiares y amigos, creando un aislamiento que afecta profundamente la salud mental.

Estrategias para afrontar el duelo a largo plazo

Afrontar el duelo a largo plazo requiere un enfoque activo que permita a la persona aceptar la pérdida y adaptarse a una nueva realidad. A continuación, algunas estrategias y recomendaciones:

Busca apoyo en familiares y amigos

Hablar sobre el duelo con personas de confianza puede aliviar la carga emocional. La compañía y el apoyo de seres queridos ofrecen una red de contención que es vital durante este proceso. Aunque al principio pueda parecer difícil, compartir emociones y recuerdos ayuda a liberar el dolor y encontrar consuelo.

Terapia de duelo

La terapia de duelo es una herramienta para aquellos que sienten que no pueden enfrentar el duelo por sí mismos. Un terapeuta puede proporcionar técnicas para trabajar con la tristeza y la frustración, así como ayudar a construir una nueva perspectiva de la vida sin la persona perdida.

Técnicas de mindfulness y meditación

Practicar mindfulness puede ser útil para vivir el presente sin quedarse atrapado en los recuerdos o el dolor.. Incorporar estas prácticas en el día a día permite encontrar momentos de paz y reenfocar la energía en actividades valiosas.

Escribe sobre tus sentimientos

La escritura terapéutica es una técnica valiosa para expresar las emociones reprimidas. Mantener un diario de duelo puede ayudarte a organizar tus pensamientos y darle un lugar seguro a tus emociones. Puedes escribir cartas a la persona perdida, expresar tus pensamientos diarios o incluso plasmar tus momentos de tristeza y frustración.

Cuándo buscar ayuda profesional

El duelo es un proceso que cada persona enfrenta de manera única, pero existen señales que indican la necesidad de apoyo profesional:

  • Duración prolongada del duelo: Si después de varios meses, el duelo sigue siendo tan intenso como en el inicio y afecta tu funcionalidad diaria, es recomendable buscar ayuda.
  • Pensamientos recurrentes de desesperanza o inutilidad: El duelo puede generar pensamientos oscuros, pero cuando estos se vuelven constantes y afectan tu capacidad para disfrutar la vida, es crucial recibir apoyo.
  • Incapacidad para realizar actividades cotidianas: Si el duelo te impide trabajar, socializar o cuidar de ti mismo/a, un profesional de la salud mental puede ofrecer las herramientas necesarias para salir adelante.

Recuerda que pedir ayuda no es un signo de debilidad. Es un acto de amor propio que demuestra tus ganas de encontrar un equilibrio y sanar. La intervención temprana puede marcar una gran diferencia en el proceso de recuperación.

El duelo es una experiencia emocional intensa y difícil, pero es posible aprender a vivir con la pérdida y a encontrar un nuevo propósito en la vida. Comprender el impacto del duelo en la salud mental a largo plazo, aplicar estrategias de autocuidado y contar con el apoyo adecuado son claves para una recuperación sana. No estás solo/a en este camino, y existen recursos y personas dispuestas a ayudarte en cada etapa.

Lorena Ramón. Psicología Almeria.

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